My review
rating: 4 of 5 starsTrilogía de cuentos de Conrad en los que el autor sitúa, a través del capitán Marlow, sus recuerdos. En "Juventud" relata sus peripecias como segundo oficial de abordo de una chalupa que naufraga tras un largo periplo, a punto de alcanzar las costas de Bankok. Cuento marino, que no dice gran cosa, salvo la elegante prosa del autor.
"El Corazón de las Tinieblas", por contra es un libro más profundo. Conrad tiene una prosa densa, masticable. Para entenderlo mejor recomiendo leer el prólogo en el que se nos sitúa al autor y a la época. Nos encontramos ante el imperialismo del siglo XIX, en concreto el que desarrolló el rey belga Leopoldo II. Como siempre primaban los intereses comerciales sobre el resto, y las matanzas estaban a la orden del día, justificadas por el intento de imponer el orden occidental sobre el a veces vandálico (como por ejemplo las costumbres caníbales) de los indígenas.
Marlow se embarca hacia el Congo, llamado por la aventura. Y todo el relato nos lo pasamos esperando conocer al sr. Kurtz, un agente de marfil que se internó hacía mucho en la jungla, y que pasaba por ser de largo el mejor agente de la Compañía. Reverenciado por todos parece que había enfermado, y era necesaria su repatriación. Pero junto a esa enfermedad nos encontramos con la mezquindad del hombre blanco, con sus grandes y conocidos pecados de la codicia y del racismo hacia el hombre negro. Nadie en el cuento, salvando a Marlow, que es su narrador, es bueno. Y cuando llegamos al Sr. Kurtz resulta que, además de haber enloquecido y creerse el dueño de todo, además del rey de todos los indígenas, es el más ruin de todos, el que más horror ha provocado entre los indígenas que, a pesar de todo, o precisamente por ello, lo veneran como a un dios. Su vida se resume en las palabras que exhala al morir: "Qué horror, que horror". Kurtz ha vivido en el engaño y ha engañado a todos los que le tenían entronizado, empezando por su Prometida. El hecho de que muera durante el camino de vuelta, en el que la ambición del gerente le iba a conducir a la horca, unido a que Marlow, políticamente correcto, por una vez miente, pudo hacer que Kurtz pasase a la posteridad como un ser "genio universal".
Marlow nos explica las miserias del colonialismo, del hombre que se cree superior a sus congéneres, y de las maldades que ello acarrea. Desgraciadamente en el mundo abunda la mediocridad, y no existe suficiente talento para ser enviado a misiones tan importantes, pero tan poco rentables, como las de integrar correctamente las distintas culturas del mundo. Y por eso se ha matado con tanta impunidad y se ha muerto sin sentido en nombre del progreso.
View all my reviews.
No hay comentarios:
Publicar un comentario