sábado, 19 de enero de 2008

Las variedades de la experiencia religiosa, de William James




Compré este libro hace ya bastantes años, tras haberlo visto repetidamente incluido en listas de los mejores libros de occidente. Tras unos años de “crianza” en mi biblioteca y animado por haber culminado otras lecturas más difíciles y por un año de mayor reflexión trascendente, por fin lo he logrado leer.

Y estoy muy contento con haberlo hecho, pues es un libro tremendamente interesante, que me ha hecho pensar y aprender mucho. Es un libro que incluyo en la breve lista de libros que me han ayudado a formar mi conciencia religiosa.

“Las variedades...” es un ensayo acerca de la religión desde el plano de la psicología del individuo. No habla de religiones ni de teologías, sino que, de un modo científico, explica los efectos que la experiencia religiosa individual puede tener en la psicología humana. Ayuda también a entender la psicología del hombre ante la experiencia religiosa relevante (por ejemplo misticismo, apariciones, conversiones). El libro, aparentemente, tuvo una gran trascendencia en el plano psicológico. Supongo que el hecho de se pre-Freud hará que muchas de sus tesis hayan perdido vigencia. Como no soy un experto (sino más bien un ignorante) en la materia, sus reflexiones y conclusiones me parecen muy relevantes para mí, hoy.

La aproximación del libro intenta ser científica: presenta tesis que intenta luego demostrar con razonamientos y casos empíricos. Habla mucho del misticismo, de la conversión, de la santidad, de lo que aporta la religión al hombre. Y analiza muchos casos, en ocasiones de santos.

El libro está escrito en 1902 y es fruto de una serie de conferencias. El escritor es un filósofo estadounidense, hermano del famoso escritor Henry James.

Aunque terminé la lectura del libro hace algunos meses, esto es lo que recuerdo respecto a su mensaje principal: la experiencia religiosa abre las puertas al individuo a un mundo distinto al visible, que produce en el ser humano efectos psicológicos concretos y materiales. Proporciona al hombre una felicidad, un bienestar y un entusiasmo duraderos. Estos sentimientos están acompañados por una sensación de paz, por una llamada al heroísmo, a la honradez, y por una preponderancia de sentimientos amorosos.

Algunas ideas secundarias que subrayé durante la lectura, y que quisiera recordar (no ahora, sino para siempre) son, de modo muy desordenado y caprichoso:
  • Dios no es conocido ni comprendido, sino utilizado (la religión debe ser útil al hombre)
  • El fracaso, la humillación están casi constantemente presentes en la vida de cada hombre. El manto de la muerte lo envuelve todo. La vida y su negación son tejidas al mismo tiempo, inextricablemente. Los momentos alegres, los triunfos, no modifican la inseguridad y el miedo. El hombre tiende naturalmente a lo pesimista. A veces cae en profundo abatimiento, depresión. Tal vez en ese pesimismo pueda el hombre encontrar un sentido más profundo de la existencia que el hombre meramente optimista. Una religión completa tendrá en cuenta esta vertiente negativa del hombre
  • En este estado de desesperación, la experiencia mística, que llega por distintas vías produce liberación, felicidad
  • La religión (las religiones) responden siempre a una inquietud. La respuesta religiosa es superar esa inquietud. El sentimiento de pecado es previo al sentimiento religioso, no su consecuencia
  • La conversión se alcanza a veces de un modo volitivo, normalmente gradual, que culmina con una autorrendición. A veces de un modo súbito, sorprendente. Estas variantes suelen responder a perfiles psicológicos concretos. La conversión repentina está relacionada con la presencia de un yo subliminal activo. La explicación psicológica (subconsciente, etc.) no excluye una intervención superior
  • En este plano individual y psicológico, le religión o la conversión no precisan en absoluto de aparato doctrinal ni de ritual propiciatorio
  • Una bella frase de un converso que quiero aprender, hacer mía y repetir:”la esperanza entró en mi corazón, y una vez en el camino, Jesucristo, en quien he aprendido a abandonarme, hizo el resto” (el subrayado es mío)
  • Otra: “cuanto más perdido se está, más literalmente se alcanza el ser que el sacrificio de Cristo ha redimido”
  • El estado místico es de certeza y no de fe, y está caracterizado por una pérdida total de la preocupación, se perciben verdades desconocidas: los misterios de la vida se aclaran de pronto; “una apariencia de belleza envuelve todos los objetos”
  • Todos los ejemplos más sorprendentes de conversión han sido permanentes. La conversión tiene como efecto un cambio de actitud hacia la vida que es constante y permanente, a pesar de que los sentimientos fluctúen
  • Si la gracia de Dios opera milagrosamente, a buen seguro lo hace por la puerta de lo subliminal
  • Buscar lo fácil y placentero parece instintivo y natural al hombre. Sin embargo, también es natural y corriente que el hombre busque lo difícil en grados moderados. Algunas negaciones son necesarias para producir una existencia con carácter y fuerza. El impulso de sacrificio es un fenómeno religioso importante y universal
  • La evolución de las religiones está explicada por el valor de los frutos que produce. Cuando una nueva religión produce mejores frutos, desplaza a la anterior. Una vez desplazada, la vieja religión se torna inconcebible
  • De las bajezas que se atribuyen a la religión, casi ninguna es atribuible a ella misma, sino al espíritu de dominación que acompaña al hombre

jueves, 17 de enero de 2008

"Momentos estelares de la humanidad", por Stephan Zweig. Editorial Acantilado 306 páginas


Otro libro de Zweig que me ha encantado. Me gusta su prosa, me gusta la forma de hacer interesantes, incluso excitantes determinados aspectos marginales, bien de la Historia, bien de la vida u obra de los personajes y situaciones que escoje.

Narra en este libro 14 momentos que considera estelares para la humanidad, desde el atardecer de la vida de Cicerón hasta la entrada de Lenin en Rusia, pasando por la creación de la Marsellesa, o el epílogo de la autobiografía inacabada obra de Tolstoi (por cierto, al igual que Ignacio, mi propósito culto-literario de este año pasa por leer Ana Karenina o Guerra y Paz), el intendo fustrado de conquistar el Polo Sur, o el emprendimiento de tirar el primer cable a través del Atlántico. Historias como las de JA Suter, dueño de California, Cyrus W. Field, Rouget, descripciones de alumbramientos como la resurrección de Haendel, , la elegia de Marienbad de Goethe, o intentos fracasados como el del presidente Wilson o la defensa de Bizancio, o la triste historia de Nuñez de Balboa o del general Grouchy, junto al momento heroíco de Dostoievski, hacen de este libro una lectura amena y muy recomendable

lunes, 14 de enero de 2008

Un vistazo a un 2007 moderadamente lector




Vuestra invitación a participar en este gran blog no podía caer en saco roto. Tras un breve comentario publicado ayer en la entrada de Firmin, comienzo con una breve reflexión acerca de lo que he leido en 2007 y lo que espero leer en 2008.

Aunque 2007 no ha sido un gran año en cuanto a la cantidad, lamentablemente decreciente en los últimos años, sí lo ha sido, en líneas generales, en lo referente a la calidad. Esto es lo más importante.

La estrella ha sido, sin lugar a dudad La Divina Comedia. La estrella no sólo de 2007, sino de muchos años. El motivo es simple: se trata de una de las creaciones más importantes de la cultura humana, que siempre he querido leer. Pese a que el libro se haya, por distntos motivos, muy por encima de mi capacidad de asimilar, comprender y disfrutar, su lectura me ha maravillado en muchas ocasiones. Estas ocasiones han sido momentos en que he disfrutado de la clave de su mérito: su belleza poética. Recuerdo todavía, y por mcuho tiempo, capítulos, escenas, descripciones, ideas, sentimientos e incluso versos maravillosos ("e caddi come corpo morte cade"). Aunque sólo fuera por haber leido este libro, 2007 habría sido ya un buen año lector.

Otras obras maestras que he tenido ocasión de leer en 2007 son: Hamlet (releido), El Aleph (releido por 4-5ª vez), La familia de Pascual Duarte, El hombre en busca de sentido (Frankl).

En el capítulo de descubrimientos, sorpresas o muy buenos libros que me han proporcionado horas muy gratas de lectura incluyo: Las variedades de la experiencia religiosa (W.James), En la frontera (McCarthy), Mansiones verdes (Hudson), Huckleberry Finn (Twain), Ravel (Echenoz), Viaje en autobus (Pla), Job y La leyenda del santo bebedor (J. Roth), El maestro y Margarita (Bulgakov) y Vida de Beethoven (Rolland).

Afortunadamente, no hay muchos libros que me hayan disgustado o que no sean dignos de loa. No los enumero por no cansaros.

En fin, en una entrada aparte hablaré de 2008 (os anticipo que quiero leer un libro más de En busca del tiempo perdido, por ejemplo). Y también publicaré algún comentario de alguno de los libros que vengo leyendo últimamente.

domingo, 6 de enero de 2008

"Leon el Africano", de Amin Maalouf


En la línea que apunta Juan Marí, y por pura casualidad, he devorado desde primero de año este delicioso libro, que me recomendó Luis de Lezama. Se trata de la biografía contada en primera persona de Hasan, (y reproduzco la primera frase de la novela), "...hijo de Mohamed el alamín, a mi, Juan León de Medicis, circundidado por la mano de un barbero y bautizado por la mano de un papa, me llaman hoy el africano, pero ni de Africa, ni de Europa, ni de Arabia soy. Me llaman también el Granadino, el Fesí, el Zayyati, pero no procedo de ningún país, de ninguna ciudad, de ninguna tribu. Soy hijo del camino, caravana es mi patria y mi vida la más inesperada travesía."

Nacido en los albores de la toma de Granada, el libro nos narra las peripecias de Hasan, hasta el saqueo de Roma por parte de las tropas de Carlos V. Se trata de 40 apasionantes años, donde el Africano tiene la oportunidad de conocer en primera persona a los principales personajes del momento, desde los grandes califas y sultanes a los cardenales y papas. La toma de Granada, las luchas entre los sultanes, la vida de un musulmán, la visión que se tenía del mundo cristiano, las guerras entre cristianos... Su periplo nos lleva por la Granada musulmana, Fez, Tumbuctu, Constantinopla, el Cairo, la Meca y finalmente a la Roma de principios del XVI y su caída a manos imperiales y luteranas. Su formación, su carácter, su tolerencia, su diplomacia, su concepción de Dios y de las religiones hacen que ni en los peores momentos desfallezca. Pone en labios de su amigo Abbad "Nunca le pido a Dios que me libre de las calamidades, solo que me libre de la desesperación".

Alhamdulillah!!!

sábado, 5 de enero de 2008

Viajeros

En esta etapa nueva de mi vida he comenzado a leer libros de viajes. Siempre me ha gustado la literatura y he dedicado bastante tiempo a las biografías y a los libros de memorias, pero he leído poco de viajes, a pesar de que durante muchos años dediqué meses a viajar. Ahora me atrae de manera especial este género y he decidido dedicar parte de mi tiempo a la lectura de libros que me parezcan interesantes, bien por que tengo buena opinión de los autores, bien porque me interesan los lugares que describen, bien porque por mis estudios históricos conozco el tema.
En este momento tengo sobre mi mesa cuatro libros:
Caroline Alexander, "Atrapados en el hielo. La legendaria expedición a la Antártida de Shackleton".
Bruce Chatwin, "En la Patagonia".
Louis Bromfield, "Noche en Bombay".
Lowell Thomas, "Con Lawrence en Arabia".
He leído durante los días de Navidad el primero y me he sentido bastante atrapado, a pesar de que el espacio y los temas tratados eran reducidos. Shackleton, conocido explorador británico, y una tripulación de veintisiete hombres partieron en 1914 hacia el Atlantico sur con el fin de llevar a cabo el primer viaje a pie por la Antártida. En realidad, el viaje fue un fracaso porque el barco quedó atrapado en el hielo y durante más de un año vivieron , prácticamente sin moverse. El libro nos presenta a la tripulación y su capacidad de enfrentarse a la adversidad. He disfrutado con la narración y me ha hecho pensar sobre las posibilidades de superar el miedo, las condiciones contrarias y las relaciones humanas en esta situación extrema.
Cuando termine de leer el libro de Chatwin os lo comentaré.

domingo, 2 de diciembre de 2007

Firmin


Es la primera obra de un personaje pintoresco que parece ha conseguido una entrada triunfal en el mundo de las letras. (esto es lo único que ha quedado de la crónica de Juan Mari, Dios sabe qué ha pasado con el resto -continúo yo, con el riesgo de empobrecer el post, pero me remito a los comentarios al mismo para encontrar sabiduría acerca de este libro).

Pues bien, como decía Juan Marí esta es la primera obra de Sam Savage, un tipo cuando menos estrafalario, si atendemos a la foto que ha elegido para la contraportada de la edición de Seix Barral. Su curriculum tampoco parece para nada convencional.

Comentaba esta mañana con Nacho Cepeda cómo los críticos literarios (intuyo que este es un mal que no se limita a este arte) no parecen últimamente muy objetivos, y se empeñan en ensalzar obras con criterios más económico-marketinianos que con idea de efectivamente aconsejar a sus lectores acerca de obras que merezcan realmente la pena.

Parece que Firmin se encuadra en esta categoría. Gran éxito de crítica no acompañado por el contenido de la obra.

Argumento interesante, basado en la existencia de una rata de biblioteca -en el sentido más literal de la acepción-. Sin embargo, se trata de una novela plana, en la que desde el inicio estas esperando que pase algo que la agite, sin que llegue a pasar. Es más, si me apuro, diría que el gráfico de la obra indicaría una tendencia a la baja, especialmente en la segunda mitad de la misma. Un tal Rodrigo Fresán compara a este autor con Vonnegut, al que también he leído no hace mucho. Sin apasionarme Vonnegut, sinceramente creo que Savage dista bastante de él, y que el surrealismo del final del libro se debe más a falta de ideas que a un verdadero deseo de tener un epílogo digno.

En resumen, obra leíble (fundamentalmente por el argumento), cuyo desarrollo es muy mejorable.

martes, 23 de octubre de 2007

"Castellio contra Calvino", Stefan Zweig. Ed. Acantilado


Después de un mes de sequía literaria volvemos a la carga para comentar este sugerente libro, que describe los vicios de la intransigencia –en este caso fundamentalmente religiosa- frente a la debilidad de la tolerancia.


De fácil lectura, Zweig nos presenta las vidas del puritano Calvino, del humanista Castellio, y del utópico Servet.


A Calvino se nota que no le tiene mucho cariño, ya que nos lo presenta como el reformador de la Reforma, intransigente visionario, tirano no sólo espiritual, sino -como no puede ser de otra manera- también en el terreno material, maquiavélico dirigente, manipulador, en definitiva, muy poco cristiano. Es un hombre que aprovecha las turbulencias que se producen en el siglo XVI para erigirse como el gran salvador de la patria (¿no lo son todos los tiranos?), y como muchos otros utiliza la religión para conseguir sus fines personales. No cabe duda que cree en lo que predica, o al menos en algunas partes, las más superficiales. La austeridad hasta el límite, su prohibición de la alegría, al menos como se ha conceptuado en toda la historia de la Humanidad, no son ajenas a su forma de vivir. Lo que más me llama la atención es que pueda justificarse en las Sagradas Escrituras una interpretación que pueda llevar al hombre a comportarse de esta manera, pero bueno, no soy experto en la materia, como sí alguno de los lectores de este blog, al que dejo la puerta abierta para que nos ilustre con sus siempre sabios comentarios.

Frente a él nos presenta a Castellio, un personaje del que particularmente no había oído hablar, pero que pasa por ser uno de los hombres más eruditos de su época, conocedor de varias lenguas, además de ser un reputado teólogo. Castellio es un humanista que inicialmente no soporta el yugo de la férrea Iglesia católica de la época, y que se deja impresionar por la Reforma, por la libertad de interpretación de la Biblia que propone fundamentalmente Lutero. Como intelectual se pone en contacto con Calvino, principalmente por carta, en las que le hace llegar sus inquietudes y sus interpretaciones. Algunas de ellas chocan con las de Calvino (principalmente en el área de la predestinación), lo que provoca que el inicial buen recibimiento del maestro se convierta en profunda hostilidad, hasta el punto de que le haga abandonar Ginebra, además de buscarle la ruina económica. Castellio es capaz de refugiarse en Basilea, y después de muchas penurias encontrar un trabajo académico, aunque no acorde a su capacidad intelectual.

El detonante del enfrentamiento abierto es el español Miguel Servet, al que se nos presenta casi como un loco, una persona más bien gris que dentro del aparente desorden que la libertad de interpretación de la Biblia es provocado por la Reforma, comete el error de disentir de la doctrina oficial impuesta por Calvino, fundamentalmente al negar la Trinidad. No contento con desafiar por carta a Calvino, una vez que éste ha maniobrado para que la Inquisición le detenga (para un tirano el fin siempre justifica los medios), y que consigue escapar de prisión, no se le ocurre otra cosa que acudir a Ginebra retando a Calvino. Obviamente, éste mezclando su autoridad religiosa con su influencia política consigue que sea detenido, torturado, juzgado y quemado vivo, utilizando los métodos de la denostada Inquisición católica.

Particularmente interesante me parece el capítulo dedicado al Manifiesto en Defensa de la Tolerancia, en el que Zweig nos presenta párrafos literales de la obra de Castellio y de su correspondencia con Calvino. Interesante cómo el humanista desmonta todos y cada uno de los argumentos de Calvino, basándose en la Biblia, en los propios escritos de Calvino, y por supuesto, en el sentido común.

Zweig nos presenta un Calvino repugnante, con unas ideas que difícilmente pueden ser amparadas no ya por el Amor de Cristo, sino simplemente por cualquier hombre de buena voluntad, con independencia de su credo. Frente a él la tolerancia del débil no tiene eco en la sociedad del momento.


Preguntas que me plantea este libro:


¿Cómo es posible realizar una interpretación tan alejada de lo que aparentemente nos dice la Biblia, especialmente el Nuevo Testamento, por parte de personas que dedican su vida al servicio de Cristo?
¿Cómo es posible que pueda mezclarse tan fácilmente el poder civil con el poder espiritual, donde queda la afirmación de “a Dios lo que es de Dios, y al césar lo que es del césar”?
¿Por qué el hombre no aprende de sus errores a lo largo de la Historia? ¿Es, como me apuntó el otro día Juan Marí, el pecado original?
¿Por qué es tan conocida la figura y la doctrina de Calvino, y no tanto la de Castellio?


Y otras más que seguro surgen después de leer vuestros comentarios…