sábado, 24 de abril de 2010

Tres vidas de santos Tres vidas de santos by Eduardo Mendoza


My rating: 3 of 5 stars
Creo haber leído casi toda la producción literaria de Mendoza. Empezaré diciendo que lo que me embrujó del autor en las primeras novelas que leí, (La ciudad de los prodigios, el secreto de la cripta embrujada, la verdad del caso savolta, sin noticias de gurb, y otros tantos, hasta "una comedia ligera, o las aventuras de un tocador de señoras), comenzó un serio declive con las tres últimas que había sufrido: el rollazo tremendo de "el asombroso viaje de Pomponio Flato", el costumbrista, pero predecible, en la linea de Millas, "Mauricio o las elecciones primarias", o el publicado primero por entregas en el pais "el último trayecto de horacio dos", vulgar replica de sin noticias de gurb, con la única originalidad de rescatar la publicación por fascículos antes de runirla en una novela...

El libro que nos ocupa rompe la tendencia absolutamente uniforme hacia el abismo que había emprendido este otrora autor de referencia para mi. Comenzaré con una crítica hacia el título, que conduce más bien al error en cuanto al contenido esperado. Habla el autor en su introducción de que se trata de algo metafórico, pero sin duda hay que echarle bastante imaginación para poder acompasar título y contenido. ¿santos laicistas? Ni siquiera.

Son tres cuentos bien contados, en los que fácilmente se puede reconocer al autor. Tres historias inconexas entre sí, la primera uniendo el costumbrismo de la sociedad catalana del franquismo con la desgracia de un obispo sudamericano. La segunda acerca de un individuo abúlico extraordinariamente activo. Me atravería a decir, dadas mis últimas lecturas, esperpéntico (y ahora que lo escribo, tal epíteto se podría dar también a la primera de las historias). Por último, la tercera mantiene un buen ritmo, y quizá sea la que me parece más redonda. Historia de cómo la literatura se puede engarzar con la vida.

En definitiva, Mendoza vuelve ingresa en la caja parte del mucho crédito perdido con las tres obras que leí con anterioridad a esta.

Y las frases: "la literatura... no es un vehículo para contar historias, para expresar sentimientos o para transmitir emociones, sino una forma. Forma y nada más."

"En ealidad no existe ningún pecado, salvo la altivez... por culpa de la altivez perseguimos ideales inalcanzables en lugar de esforzarnos en reducir nuestra ininterrumpida brutalidad."

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