martes, 30 de septiembre de 2008

Hablar a calzón quitado.

Carlo M. Martini. Georg Sporschill, "Coloquios nocturnos en Jerusalén". San Pablo. Madrid 2008.

         Sobre este libro escribirá Alfonso, pero quiero presentarlo. Martini es jesuita, fue un conocido especialista en estudios bíblicos y Rector del Instituto Bíblico de Roma, el centro más importante de la Iglesia católica sobre la enseñanza y la investigación bíblica. Juan Pablo II le nombró arzobispo de Milán, la diócesis más grande y, posiblemente, más importante del catolicismo. Adquirió un enorme prestigio en la sociedad italiana. Tiene 81 años y sufre de parkinson. Durante el último cónclave fue la alternativa a Ratzinger, aunque parece que no quiso estar en el juego de las votaciones anunciando su enfermedad.
El libro constituye un vendaval de aire fresco, por su sencillez, su espíritu religioso y algunas sugerencias sorprendentes. No se trata de un libro doctrinal sino de vida propia, de reflexiones , de propuestas. Habla mucho sobre los jóvenes, palabras que os ayudarán a quienes teneis jjóvenes a vuestra vera. 

jueves, 25 de septiembre de 2008

A la moda


Entre otros libros de más peso he leído durante el mes  de agosto "Los hombres que no amaban las mujeres", de Stieg Larsson y "La elegancia del erizo", de Muriel Barbery. Están muy de moda y han constituído, también, la lectura veraniega de Rajoy. La primera la leí de un tirón, aunque tiene demasiadas páginas y no me gustó, y la otra la leí a trancas y barrancas y respiré al terminarla. La primera es de misterio y detectives, aunque no la encuadraría en el género y la segunda es una tomadura de pelo, que no acabo de entender cómo ha sido tan vendida en nuestro país."El erizo consiste en un juego de paradojas, una voluntad de describir alegremente situaciones disparatadas, jugando con ellas, y de ofrecernos personajes insólitos, sin más razón que la voluntad de la autora.En la obra encontre distintas frases brillantes, como la siguiente: "Hacer de mi vida un jardin diferente al de mis antepasados". Por su parte, a lo largo de seiscientas páginas, Larsson hilvana una historia con diversas situaciones que no siempre se ensamblan con facilidad. No he dicho que la leí en veinte horas de avión. Creo que en mi casa no la hubiera soportado. Y, sin embargo, ambas han conseguido numerosas ediciones.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Into the Wild Into the Wild by Jon Krakauer

My review

rating: 2 of 5 stars
Historia de Christopher MacCandless, joven de 24 años que murió de hambre en 1992 en Alaka.

Libro con bastantes claroscuros y altibajos. desde el punto de vista estrictamente literario, creo que Krakauer tiene una prosa muy fluida, con la que es capaz de mantener las tensión del lector, a pesar de los pocos mimbres que tenía para elaborar su historia. Sus descripciones de la naturaleza, abundantes, y marginales dentro de la historia que pretende contar, lejos de resultar tediosas, son muy interesantes.

Su narración de la vida de Christopher MacCandless resulta entrañable. El autor, dentro de la objetividad con la que pretende afrontar la historia, se pone claramente de parte del protagonista de la misma. A la vez, nos da la visión de aquellos que veían en MacCandless un niñato, un suicida, un imprudente. El lector tiene que sacar su propia conclusión, y estoy seguro de que cada uno verá en McCandless una persona distinta.

Un pero gordo. Los dos capítulos que incluye el autor acerca de su propia experiencia escalando una montaña en Alaska, con la excusa de justificar por qué cree que el protagonista es un suicida, son absolutamente extemporáneos, e insufribles. Recomiendo que simplemente los omitáis, ya que no aportan nada a la historia.

Y me mojo. Mi visión acerca MacCandless. Joven con buenas intenciones, raro, sin un objetivo claro en la vida. A pesar de la historia de sus padres (común por otra parte en USA), tiene una infancia bastante convencional. El descubrimiento del secreto de su padre transforma radicalmente la relación con él y con su madre y parece ser la gota que colma el vaso y le empuja a abandonar el mundo, y dedicarse a vagabundear por EEUU. Creo que se trata de una acción-reacción desproporcionada, y que probablemente sea síntoma de algún desorden psicológico.

Su deambular por un mundo de personas sin preparación le hace destacar y ser admirado por ellas. Causa simpatía y ternura. Sin embargo, a su vez, causa dolor en su familia (tampoco excesivo cuando no se vuelcan en buscarle).

En definitiva, MacCandless es un ser extremadamente generoso con sus no íntimos, y totalmente rácano con su familia y amigos.

Su vida, y su muerte, carecen de sentido. Quizá si hubiese tenido alguna búsqueda algo más trascendental su historia hubiese merecido la pena. Desgraciadamente, creo que su muerte sólo sirvió para demostrar que la Naturaleza es más fuerte que el hombre, y más cuando éste se enfrenta a ella desde la ingenuidad.

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martes, 9 de septiembre de 2008

Vida de San Francisco de Asis, de Raoul Manselli

Desde nuestra visita a Tierra Santa, donde estuvimos magníficamente atendidos por el Padre Barcena, tenía mucho interés en conocer la vida de San Francisco, que he de reconocer me quedaba bastante lejana.
Juan Mari me regaló este libro, que no es en sentido estricto una biografía, sino que más bien pretende ahondar en la figura del santo, no limitándose a narrar los acontecimientos, sino estudiando los porqués de su actuación, de manera que entendamos mejor su grandioso ejemplo.
Es interesante situar a Francisco en los albores del siglo XIII, unos tiempos convulsos para una Iglesia donde la jerarquía hacía que el pueblo estuviese muy alejado de la misma, o lo que es lo mismo, fuese caldo de cultivo de peligrosas herejías. Entre ellas destacaban los "puros" cátaros, o los valdenses. Los clérigos de la época eran mal vistos, y los nmonjes no daban respuesta a las enormes necesidades de la época.
Francisco aparece en un pequeño pueblecito, Asis, y supone una catarsis para la Iglesia. Su historia personal, su conversio, es un ejemplo para todos nosotros. Lo vemos todos los días, solo hay que fijarse en las oportunidades que tenemos de parecernos a él, y por ende, a seguir el camino de Jesús. Francisco es radical. Para ponerse del lado de los marginados se hace uno de ellos. Acoje a la "Dama Pobreza". Rechaza cualquier forma de propiedad (porque ello obligaría a defenderla), y aboga por el trabajo manual a cambio de sustento, sin acumularlo, solo para el día a día. Si no hay trabajo entonces se puede mendigar para alimentarse. Ese es el ejemplo que ve en Cristo. Solicita poder predicar la Penitencia, y ese es el campo que el papa les concede. Admite laicos y clérigos, y se funda una Orden hermana, las clarisas, siguiendo a Santa Clara, quien siente devoción por Francisco. Uno de sus principios básicos es su obediencia a la Iglesia romana, su respeto absoluto por los sacerdotes, en tanto en cuanto son los únicos capaces de transformar el pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo. Su oración  permanente, y su amor por la naturaleza, en tanto en cuanto es obra de Dios. Su aceptación de todo lo que le envía el Señor, sin ningún tipo de pregunta, y su alegria ante la desgracia, ante el dolor. 
Sus escritos son potentes, y sus oraciones para rezarlas todos los días.
Francisco, un hombre salido del siglo. El Señor os de la paz, como seguro él se despediría.

miércoles, 20 de agosto de 2008

“Oh Jerusalem”, por Dominique Lapierre y Larry Collins


Hacía tiempo que quería leer este libro, y he aprovechado las vacaciones estivales para devorarlo. Escrito hace casi 30 años, tiene una vigencia espectacular, y narra las vicisitudes acaecidas en la declaración del Estado de Israel del 15 de mayo de 1948. Es un libro imprescindible para entender la realidad actual no sólo de la situación en Israel, sino de la complejidad de las relaciones de los países árabes con Occidente.
Con una prosa que captura constantemente al lector, los autores, en clave prácticamente de diario, desgranan el devenir de los acontecimientos, intentando hacerlo desde la mayor objetividad posible. Nos muestran la humanidad de los combatientes, sus miedos, sus ambiciones, sus decisiones. También la angustia de la población civil, el sinsentido de las guerras, los dramas individuales. Nos describe, asimismo, el compromiso de los líderes de cada bando con sus respectivos pueblos, los egoísmos y las grandezas de sus miras. Por último, nos da una visión a nivel de estados y de las incipientes Naciones Unidas, de su actuación y las consecuencias.
Todo ello en el marco de la ciudad más sagrada para las tres grandes religiones monoteístas, un puñado de kms cuadrados por el que han peleado a lo largo de los siglos millones de personas, y que ha sido escenario de las mayores matanzas, supuestamente en nombre de Dios. Desde que el Rey David la construyese miles de años antes de Jesús, su destrucción por Nabukodonosor II, la segunda destrucción del Templo por parte de Tito en el 70 dC, la conquista musulmana en el 636, la cristiana en el 1097, la de los musulmanes otra vez menos de 100 años después, o la de los turcos en el siglo XVI, Jerusalem no ha conocido tiempos de paz completa. Siempre ha estado en el ojo del huracán, y para Ben Gudion era clave en la construcción del nuevo Estado de Israel. Los árabes, preocupados en no reconocer el incipiente estado, también hicieron de Jerusalem la clave de la guerra declarada el mismo 15 de mayo. Los británicos, que controlaron la ciudad durante treinta años, se lavaron las manos (como Pilatos) y la abandonaron a su suerte, sin reparar en las consecuencias de su decisión. Estados Unidos, preocupado por su ombligo, también tuvo una reacción tibia. La URSS… El resto de los estados de occidente tampoco se preocuparon por la guerra que todos sabían se produciría una vez los ingleses abandonaran la ciudad.
Miles de personas murieron. Muchas más perdieron todo lo que tenían y fueron obligadas a exiliarse. Los árabes no acogieron a sus hermanos palestinos, lo que provocó enormes campos de refugiados, caldo de cultivo de resentimiento, de pobreza, de falta de futuro para generaciones de personas. Semilla de las tempestades que afrontamos hoy.
Al margen de ayudar a entender la situación política del momento y la de hoy, en su vertiente marginal, el libro nos vuelve a mostrar el horror de la guerra, su sinsentido, la necesidad que tiene el hombre de evitarla. Ello ha de hacerse en sus orígenes. Lo peligroso de la demagogia, de los intereses económicos y personales de algunos dirigentes mundiales, de la tibieza de otros. Nos muestra como vecinos, amigos de toda la vida, se ven obligados a dividirse, a odiarse, a matarse. La inmensa mayoría de ellos son ajenos a unas luchas que sólo interesan a unos pocos, que además no suelen ser los que se expongan a la misma suerte que envían a las personas sobre las que tienen la responsabilidad de gobernar. Son tan ajenos a las mismas que, a la menor oportunidad, vuelven a reír, a respirar, a vivir juntos.
A pesar de las tensiones históricas de la ciudad, en nuestra visita en el mes de mayo me pareció una ciudad riquísima, en la que convivían personas de diferentes religiones, en un equilibrio inestable, pero equilibrio al fin y al cabo. Incluso en la religión del Amor, hemos sido capaces de estar permanentemente enfrentados, a causa de divisiones propiciadas por los hombres en nombre, una vez más, de su interpretación de lo que Dios quiere. Todo ello es una perfecta excusa para que los dirigentes políticos y militares, así como descerebrados sin formación, pero con hambre y sin esperanza, o con intransigencia religiosa, sigan manteniendo la posibilidad de desencadenar matanzas en forma de guerras, atentados, asesinatos selectivos.
En definitiva, ojalá, in sha'a Allah, si Dios quiere, podamos ver a los ciudadanos de Jerusalem convivir de acuerdo a sus tradiciones milenarias, en paz y armonía, respetando los Santos Lugares de cada uno, sin la inestabilidad que unos pocos no quieren dejar olvidar.

lunes, 21 de julio de 2008

¿Tiempo de sequía?

"Nuestras reflexiones de cada día" no nacieron con muchas pretensiones, pero sí con cierta ilusión. En un grupito de amigos suficientemente cohesionado, suficiente diverso y plural, poner en común algún pensamiento prsonal que suscitase otros pensamientos que nos enriqueciesen al conjunto. Si tuviéramos ocasión de vernos todos los día, probablemente la propuesta resultaba innecesaria. Como no es así, aprovechábamos del este invento diabólico de internet para indicarnos que nuestras mentes viven a pesar de los peligros que nos acechan.
Veo con sorpresa que la empresa se presenta difícil y la sequía corresponde a las pautas nacionales. No debe ser cuestión de temas, porque me consta que los runners no quedan del todo sin neuronas a pesar del esfuerzo físico.
Carezco de muchas cosas, pero no de esperanza, de forma que sigo preguntándome sobre las causas. Antes de que caiga en depresión desconsolada, ¿podeis indicarme si se trata de un problema sin solución?

sábado, 19 de julio de 2008

Cristo de nuevo crucificado, de Niko Kazantakis, Ediciones Carlos Lohlé, 1954, 447 pags

Evidentemente, el título del libro es de lo más sugestivo. Desgraciadamente sigue siendo un titular de enorme actualidad. No creo que haya dejado de serlo a lo largo de la Historia. Crucificamos a Cristo todos los días. Pero bueno, este tema será objeto de reflexión en el blog correspondiente.

La novela de Katansakis está ambientada en un pueblecillo griego (Licovrisi) a principios del siglo XX, creí interpretar. Se trata de una crítica demoledora del establishment político-religioso, en una sociedad aparentemente menos desarrollada que la actual.

El Pope de Licovrisi reune a los notables del pueblo para elegir a los actores que, como cada tres años representarán la Pasión de Cristo durante la Pascua. Los notables ya representan diferentes arquetipos que podemos encontrarnos hoy: el capitán de barco aventurero, agnóstico, vividor y simpaticote, el arconte, o la persona que la tradición impone como representante administrativo del pueblo, aquel al que acuden cuando hay dificultades, y cuya posición le ha hecho rico, el avaro empresario poseedor de la mayor fortuna, pero miserable incluso consigo mismo, y el profesor del colegio, que además es hermano del Pope, o sea que todo queda en familia. Frente a ellos, el poder turco, el aga, otro depravado. Poder político y religioso, tanto monta, monta tanto.

La elección de los actores marca un antes y un después en la historia de la aldea. Para el papel de Jesus es elegido Michelis, un sencillo pastorcillo que ha adoptado el arconte y que tiene una vida sencilla en las montañas. Raparten los papeles de Pedro, Santiago y Juan entre un buhonero, el hijo del arconte y el dueño del bar del pueblo. Tres personalidades distintas, a las que las caracterización también les cambiará la vida. El papel de María Magdalena, obviamente para la prostituta (la viuda) del pueblo, y el de Judas para un desgraciado, al que el papel también cambiará lamentablemente la vida, sacando sus peores instintos.

La trama se complica con la aparición en la aldea de un grupo de perseguidos, de unos harapientos a los que el turco ha hecho huir de su aldea. En su mayoría mujeres, ancianos, niños. Al frente de ellos otro Pope, en este caso corajudo. Por supuesto, el pope de Licovrisi les rechaza en su pueblo, utilizando estratagemas censurables y les obliga a instalarse en la montaña, sin ningún tipo de ayuda ni resguardo.

La vida en Licovrisi sigue, indiferente al sufrimiento de sus vecinos. Sólo los actores se han metido en su papel y por tanto sufren e intentan ayudar.

Entretanto, aparece muerto el amante del aga, y existen distintas historias que mantienen en todo momento el ritmo de la obra.

La lucha está servida, y se intuye el final. La descripción de los acontecimientos es de lo más descarnada. Probablemente se exageren los caracteres, pero en ellos podemos vernos fácilmente reflejados. Incluso es posible ver en cada uno de nosotros algo de cada uno de ellos.

Sólo un pero a la narración. Me parece injusto el trato que el autor hace de la viuda. Su demostración de amor supera bajo mi punto de vista a la de Michelis, pero el autor no le da, siquiera, el mismo valor.

La Iglesia ortodoxa excomulgó a Kazantakis. Imagino que por su obra "La última tentación de Cristo", aunque no creo que por esta saliese a hombros. Incluso no ha permitido enterrarlo en un cementerio, y descansa en la muralla que rodea la ciudad de Heraclion. Su epígrafe dice "No espero nada. No temo nada. Soy libre".

Lástima que no se alineasen con el Pope de Licovrisi en lugar de con el de los marginados.