sábado, 19 de julio de 2008

De Jerusalem a Roma, por Fernando Suárez Bilbao, de ed. Ariel, 409 páginas


Se trata de un libro de historia, no de una novela, ni siquiera de una novela histórica. Sin embargo, he creído interesante hacer una breve (ya sé contradictio in terminis) exégesis del mismo.


Lo empecé en marzo, como preparación de nuestro viaje a Jersusalem, y a fe que me sirvió para incardinar su situación histórica. Desde la primera destrucción del Templo en el 586 aC, hasta el nacimiento de Jesús, el autor nos lleva por la historia del pueblo judio, las luchas religiosas con el helenismo y el sincretismo, las particularidades de un pueblo sin tierra, que busca precisamente en Jerusalem la alianza con Dios. Gracias a la historia se entienden muchos pasajes de la Biblia, especialmente el Antiguo Testamento, la dinastía de los Macabeos, sumos sacerdotes, como Simón el Justo (origen de la secta farisea), la influencia egipcia en aquellos siglos, la diáspora, las luchas tribales, la constante mezcolanza entre religión y poder, la preparación de la llegada del Mesias...


Es especialmente interesante el estudio de los sigos III al I aC, gracias al cual podemos entender la sociedad con la que se encontró Jesús, las dificulatades que tenía su mensaje para un pueblo que llevaba siglos esperando a alguién que les liberase del yugo de todos los pueblos que invariablemente les oprimían. La tozudez, o en términos positivos, la constancia en la defensa de su Dios, les hacía incómodos para el resto de pueblos. Mientras el sincretismo conseguía aunar bajo un mismo régimen los diferenytes dioses de los distintos pueblos conquistados, los judios insistían en que su Dios era distinto a todos ellos, que era único y que sólo a El se le debían sacrificios. El problema de los judios es que su Dios no es Universal, solo lo es del Pueblo elegido.


Tras la muerte de Jesús, el autor nos lleva por los primeros siglos del Cristianismo, hasta la batalla de Frigidus, en la que Teodosio vence a Eugenio, representante de Arbogasto. En la misma, el cristianismo derrota definitivamente al paganismo. Entremedias, cuatro siglos de persecuciones, coherencia de los primeros cristianos, luchas teológicas, arrianismo, lucha por la supervivencia del helenismo, conversión de los emperadores al Cristianismo, confusión de la religión con el poder.


En resumen, me apasionó la primera parte del libro (Jerusalem), y me pareció muy interesante la segunda (Roma), aunque de esta tengo mejores referencias.

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