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rating: 3 of 5 starsCuriosa casualidad que haya leído este libro tras el de los mártires del ultimo siglo. Y es una casualidad que recomiendo, ya que permite poner en perspectiva la diferencia entre lo que consideramos héroes y lo que entendemos por mártires. En ambos casos, nos encontramos con la muerte, de manera violenta, y por lo tanto irracional, insospechada.
Pérez Reverte recorre en su novela el alzamiento del pueblo de Madrid del 2 de mayo, a través de personajes desconocidos para nosotros. Nombres que no nos dicen nada en el 99% de los casos (Daoiz, Velarde y alguno más a lo sumo). Personas que se enfrentaron al orden establecido en nombre de un rey al que no conocían, en defensa de una patria que aparentemente no les daba muchas alegrías. Pero la usurpación francesa levantó al pueblo de Madrid en armas, con el consiguiente baño de sangre, asesinatos, violaciones, represalias, fusilamientos. Miles de personas, españolas y francesas, perdieron la vida en un día sinrazón. Se moría en defensa de unos ideales que muy probablemente, a título individual, no merecían la pena. Se moría matando, y cuantos más muertos mejor. Incluso hombres de fe, que juraban el no matarás, empuñaban navajas y tijeras. El invasor ilustrado no les iba a la zaga en cuanto a brutalidad. En fin, un sinsentido -probablemente no hubiese muchas otras soluciones desde la óptica meramente humana- que conmemoramos aún hoy en las fiestas del 2 de mayo.
Los mártires, por contra, mueren perdonando a sus verdugos, en coherencia absoluta con sus valores e ideales. No tienen calles a su nombre, ni guardamos festividades. La Iglesia los recuerda en su santoral, que la mayoría desconocemos.Pérez Reverte. en combinación con Andrea Riccardi -aunque éste último lo hace por sí solo-, consiguen que el epigrama de Giusti se haga realidad : "hacer un libro es menos que nada, si el libro hecho no rehace a la gente".
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