Joseph Roth. Editorial El Acantilado.
Una preciosa historia contada con maestría. El estilo es propio de un orfebre de la palabra: minucioso, detallista, diáfano, preciso. El tema viene dado por el título: la resignación como ofrenda a Dios; la santa paciencia. El protagonista, hombre sin atributos definidos, como aquel que pintara Robert Musil en un imperio Austro-Hungaro que se desintegraba, encuentra en la resignación el único motivo para sentirse vivo junto a un Yhave implacable. Su familia; los avatares de una historia y una sociedad que buscaban nuevos horizontes; la frontera de una Europa lejana y reducida a la pobreza y la ignorancia, conforman las coordenadas de una historia triste pero esperanzadora.
Sólo pondría reparos al final, quizá un poco artificioso. Pero la comprobación de tal valoración la dejo a vuestra lectura.
Una preciosa historia contada con maestría. El estilo es propio de un orfebre de la palabra: minucioso, detallista, diáfano, preciso. El tema viene dado por el título: la resignación como ofrenda a Dios; la santa paciencia. El protagonista, hombre sin atributos definidos, como aquel que pintara Robert Musil en un imperio Austro-Hungaro que se desintegraba, encuentra en la resignación el único motivo para sentirse vivo junto a un Yhave implacable. Su familia; los avatares de una historia y una sociedad que buscaban nuevos horizontes; la frontera de una Europa lejana y reducida a la pobreza y la ignorancia, conforman las coordenadas de una historia triste pero esperanzadora.
Sólo pondría reparos al final, quizá un poco artificioso. Pero la comprobación de tal valoración la dejo a vuestra lectura.